domingo, 26 de febrero de 2012

ACTIVOS DE CONOCIMIENTO VS PASIVOS DE CONOCIMIENTO


ACTIVOS DE CONOCIMIENTO VS PASIVOS DE CONOCIMIENTO

El valor de los activos de conocimiento y su incidencia en las organizaciones inteligentes




Manuel Alejandro Martínez

Ana Catalina Ocampo



Resumen

            El presente artículo se centra en los pasivos y activos de conocimiento y en cómo éstos últimos constituyen la base del proceso de creación de conocimiento y son imprescindibles en la generación de valor en las compañías. Para ello se toma como referencia el modelo SECI planteado por Nonaka y Takeuchi que se enfoca en la naturaleza dinámica de creación de conocimiento y se relaciona con los conceptos estudiados en la clase de Gestión del Conocimiento. A partir de los elementos de este modelo se analiza su integración con las denominadas Organizaciones Inteligentes las cuales fortalecen sus activos de conocimiento e incentivan el cambio de pasivos a activos de conocimiento.


Palabras clave

            Activos de conocimiento, pasivos de conocimiento, capital intelectual, organización inteligente, gestión del conocimiento.


INTRODUCCIÓN

            Actualmente la visión de las empresas se está orientando hacia una mayor valoración por los activos intangibles y especialmente el conocimiento, que es la base sobre la cual se pueden llegar a generar ventajas competitivas que permitan la existencia sostenible de las empresas.
           
            Este conocimiento está incorporado a través de las experiencias y vivencias de las personas, pero son las organizaciones las que deben proporcionar las condiciones para que se puedan materializar como activo de conocimiento que potencialice los resultados competitivos de las empresas.
           
            De ahí la importancia de hacer una gestión adecuada de los activos de conocimiento que permita saber cómo explotarlos y expandirlos en la organización de manera efectiva, cómo identificar los pasivos de conocimiento que son potenciales activos de conocimiento y cómo generar nuevo conocimiento a partir de la socialización, externalización, combinación e internalización planteados por el modelo SECI.
           
            Esta creación de conocimiento genera un ambiente de aprendizaje constante que es el fundamente para las organizaciones inteligentes: organizaciones que aprenden de manera permanente lo cual les permite adaptarse de manera constante a un entorno siempre cambiante.



ACTIVOS Y PASIVOS DE CONOCIMIENTO

            Cuando nos referimos a activos intangibles se pueden considerar como un conjunto de recursos que una organización utiliza para crear valor, aunque estos intangibles no sean considerados desde el punto de vista contable.

            En el mundo contable cuando se habla de activos de una empresa se hace referencia a los bienes tangibles o intangibles con los cuales se obtienen beneficios a futuro, y en el caso de los pasivos, éstos se consideran como deudas, compromisos u obligaciones adquiridas por la empresa. (Wikipedia, 2012)

            Mirando esta definición desde la perspectiva del conocimiento se podría decir que un activo del conocimiento es aquel bien que genera nuevo conocimiento y está en la capacidad de intercambiarlo, esto le generaría beneficios a una organización en el futuro.

            Según Nonaka y Takeuchi un activo del conocimiento son recursos específicos para la compañía que son imprescindibles para crear valor para la firma. Son las entradas, salidas, y los factores de moderación, de creación del proceso de conocimiento. Esta definición servirá como base para ver el papel que juegan  los activos del conocimiento dentro una organización. (Geytere)

            El conocimiento es considerado como un activo de carácter intangible y su presencia en las organizaciones va más allá de los conocimientos individuales de quienes conforman la empresa. El valor de este conocimiento individual se da cuando los individuos interactúan con el entorno y se generan flujos de conocimiento, que fomentan la creación de nuevo conocimiento y da inicio a un proceso de aprendizaje organizacional. De ahí la importancia de las organizaciones generadoras de conocimiento o al menos integradoras del mismo. (Díaz, 2005).

            Muchos de los autores utilizados para esta investigación no definen explícitamente lo que es pasivo del conocimiento, pero a partir de las definiciones vistas anteriormente acerca de activo de conocimiento, se puede decir que un pasivo del conocimiento, no sería un bien, sino por el contrario sería un gasto para la organización, ya que éste no le genera ningún beneficio, no interviene en procesos de intercambio de conocimiento, de aprendizaje organizacional o innovación.

            Se podría decir entonces que el ejemplo de un pasivo del conocimiento en una organización es la persona que tiene conocimiento tácito sobre un proceso determinado, tiene mucha experiencia en el hacer sobre este proceso e incluso es la única persona dentro de la organización que maneja de manera integral las actividades del proceso y da solución a los problemas que en él se presentan, pero no transfiere su conocimiento con otros individuos de la organización, aunque se fomenten espacios para generar flujos de conocimiento, es reservado con lo que sabe y pretende asegurar su puesto siendo el único con conocimientos específicos sobre el proceso específico. Esta persona se podría considerar entonces como un pasivo de conocimiento, un “gasto” para la organización que no genera valor agregado, que no busca mejorar su “hacer” ni transferir su conocimiento para construir de manera colectiva más conocimiento organizacional

            Hoy en día las empresas que ven el conocimiento como un activo son capaces de diferenciar el tipo de capital que tienen en su organización, esta diferenciación es indispensable para poder lograr definir el plan estratégico de gestión del conocimiento.

            Los tipos de activos intangibles que las empresas deben saber reconocer son:

  • Capital humano: es la capacidad de aprendizaje, el saber, la creatividad, la innovación, la actitud, la motivación y el aporte intelectual de las personas, lo cual se traduce en contribución y comportamiento, para finalmente, producir beneficios.

  • Capital Estructural: Son los elementos de organización, cultura corporativa, comunicación, clima laboral, las políticas sobre calidad e innovación, los sistemas de reconocimiento y evaluación del desempeño, las costumbres, los valores empresariales y los postulados estratégicos en una empresa

  • Capital relacional: es la calidad y beneficios de las relaciones que las empresas tiene con todo tipo de público, sean estos los clientes, los proveedores, los empleados y sus familias, los inversionistas y acreedores, las autoridades y la comunidad en general (Mejía, n.d.)

            El capital intelectual se define como el conjunto sistematizado de competencias que cada individuo está en posibilidad de comprometer con la organización en la que colabora, así como los conocimientos que cada organización ha logrado por su personal. Cuando el individuo compromete dichas competencias con la empresa, éstas pasan a formar parte de sus activos y se encuentran en el personal o en los “productos” que desarrollan ellos para la empresa así como en sus resultados. (Behrensen, 2004)

            Como afirma Tom Stewart: “El conocimiento se ha convertido en el ingrediente primario de lo que fabricamos, hacemos, compramos y vendemos. Como resultado de ello, su manejo –encontrar y hacer crecer el capital intelectual, almacenarlo, venderlo, compartirlo- se ha vuelto la tarea económica más importante de las personas, las empresas y los países”[1]


Figura 1. Fórmula del Capital Intelectual
Fuente: Mejía: Las mediciones del Capital Intelectual



 MODELO SECI

            A través de los activos de conocimiento las empresas crean nuevo conocimiento por medio del modelo SECI propuesto por Nonaka y Takeuchi el cual se basa en tres elementos: SECI, Ba y Activos de conocimiento que interactúan entre sí de manera dinámica.
           
            SECI es un conjunto de cuatro operaciones de conversión del conocimiento que interactúan en una espiral de creación de conocimiento: Socialización, Externalización, Combinación e Internalización.


Figura 2. Modelo SECI
Elaboración propia


           

            El concepto “Ba” es fundamental en este modelo y hace referencia al espacio o contexto compartido que favorece las relaciones y es la base que genera el conocimiento. Ba puede ser un espacio físico, mental o virtual. (Fernandez, 2008)

            El ba de origen ofrece el contexto a la socialización y se refiere a las interacciones de los individuos cara a cara. En este espacio los individuos comparten experiencias, vivencias, emociones y modelos mentales.
           
            El ba de diálogo favorece la externalización, en el cual se presentan las interacciones colectivas y cara-a-cara. En este espacio los modelos mentales y las habilidades de los individuos son convertidos en conceptos (conocimiento explícito)

            El ba de sistematización ofrece un contexto para la combinación y está definido por las interacciones colectivas y virtuales, por ejemplo el intercambio de conversaciones telefónicas, reuniones, correos, entre otros.

            El ba de ejercicio ofrece un contexto para la internalización en el cual se dan interacciones individuales y virtuales. El conocimiento explícito es interiorizado por medios virtuales como manuales escritos o programas de simulación.


Figura 3. Modelo SECI y las cuatro categorías del Ba
Fuente: Adaptación de Geytere


            Los activos de conocimiento son los recursos que permiten la creación del conocimiento a través del anterior modelo y del contexto en que se presente estas operaciones de creación.

            Para manejar con eficacia la creación y explotación del conocimiento, una compañía tiene que “mapear” su inventario de activos de conocimiento. La catalogación sin embargo no es suficiente: los activos del conocimiento son dinámicos; los activos del nuevo conocimiento se pueden obtener a partir de activos de conocimiento preexistentes. (Geytere)

            Según Nonaka y Takeuchi los activos de conocimiento son específicos de las compañías y se pueden categorizar en cuatro grupos descritos a continuación:




Figura 4. Las cuatro categorías de activos de conocimiento
Fuente Nonaka y Takeuchi

ACTIVOS DE CONOCIMIENTO EXPERIMENTAL
Conocimiento tácito a través de experiencias comunes
·    Habilidades y Know-How de cada individuo
·    Cuidado, amor y confianza (sentimientos)
·    Energía, pasión y tensiones (emociones)
ACTIVOS DE CONOCIMIENTO CONCEPTUAL
Conocimiento explicito articulado a través de imágenes, símbolos y el lenguaje
· Concepto de producto
· Diseños
· Valor de la marca
ACTIVOS DE CONOCIMIENTO PROCEDIMENTALES
Conocimiento tácito rutinario e incluidos en las acciones y prácticas
·    El Know-How de la acciones diarias
·    Procedimientos organizacionales
·    Cultura organizacional
ACTIVOS DEL CONOCIMIENTO SISTÉMICO
Conocimiento explícito sistematizado y empaquetado
· Documentos, especificaciones y manuales
· Bases de datos
· Patentes y licencias



ORGANIZACIONES INTELIGENTES

            En un mundo como el de hoy se hace necesario para las organizaciones crear y transformar el conocimiento, lo cual las obliga a estar aprendiendo constantemente con el fin de ser más competitivas y lograr responder a todos los cambios que ocurren en su entorno. Por esa razón para que una empresa sea perdurable en el tiempo y logre trascender, debe estar en la capacidad de aprender a aprender.

            Cuando una empresa es capaz de identificar cuáles son sus reales activos de conocimiento, y encontrar los métodos para crear más conocimiento, se puede decir que son organizaciones capaces de aprender y que mediante sus aprendizajes se adaptan de manera constante y fluida a los siempre cambiantes entornos sociales de los que forman parte (Demichelis). Este tipo de organización se denomina organizaciones inteligentes  porque tienen las capacidades y recursos para fomentar espacios en los cuales se impulsa la generación de conocimiento, y al mismo tiempo se retiene para evitar esas fugas que afectan sus procesos y las tareas del día a día.

            Son inteligentes porque están en la capacidad de entender o comprender, resolver problemas, las personas que pertenecen a esta organización se les fomentan habilidades y destrezas, las relaciones entre miembros fomentan la creación de conocimiento.


Figura 5. Organización inteligente
Fuente: Oscar Fuentes




            Las TIC como activo de conocimiento sistémico, juegan un papel clave en las organizaciones inteligentes, ya que estas son herramientas que fomentan el aprendizaje, y al mismo tiempo son retenedoras de conocimiento.

            Por último, pero no menos importante, para este tipo de organizaciones el activo más preciado son las personas, ya que solo las organizaciones pueden aprender a través de personas que aprenden.



CONCLUSIONES

            Los activos de conocimiento se diferencian de los activos tangibles porque su uso e incorporación en las organizaciones no los disminuyen, por el contrario, los activos de conocimiento y el conocimiento en sí se incrementan cuando es usado, transferido, aplicado.

            Tradicionalmente las metas de toda organización han sido meramente económicas y enfocadas a los beneficios financieros que puedan alcanzar. Esta orientación ha cambiado debido al interés e importancia que se le da al conocimiento como activo intangible generador de valor a las organizaciones. Esto conlleva al interés por mejorar la perspectiva educativa de los trabajadores lo cual puede verse reflejado en aumento del capital económico de las organizaciones, en generación de ventajas competitivas a partir del mejoramiento de los procesos organizacionales y la innovación.

            Los pasivos de conocimiento a través de una adecuada gestión de conocimiento pueden llegar a generar valor en las organizaciones y tener una transición hacia activo de información que represente beneficios e intervenga en procesos de creación de nuevos conocimientos.

            La incorporación de estrategias y técnicas de gestión de conocimiento en las organizaciones permite mejorar la calidad de los productos y servicios entregados, así como el mejoramiento en eficacia y efectividad de los procesos organizacionales. La creación de nuevo conocimiento le apunta a la innovación, la cual se traduce en un diferenciador importante frente a la competencia.

            La creación de nuevo conocimiento y la transferencia del mismo solo se dan  cuando existe una cultura de respeto y confianza entre todos los integrantes de la organización; esto se constituye en la base para la construcción de capital social donde se fomenta la capacidad creativa de las personas y el desarrollo de competencias asociadas al trabajo desempeñado, donde el personal trabaja motivado y se establecen relaciones de valor entre todos.

            La gestión del conocimiento es un conjunto de procesos y sistemas que permiten que el capital intelectual de una organización aumente de forma significativa, mediante la gestión de sus capacidades para la solución de problemas y cuyo objetivo es crear ventajas competitivas.

            El capital intelectual es la base para la gestión del conocimiento y parte del reconocimiento de los activos de conocimiento de la organización, activos intangibles que permiten tener organizaciones más eficientes y competitivas.

            Los trabajadores de las organizaciones deben estar en capacidad y tener la actitud para ser coequiperos, colaboradores que busquen mantener la precisión y veracidad de los conocimientos almacenados que permiten el buen funcionamiento de los procesos organizacionales, no como simples repositorios sino como herramientas que permitan resolver problemas con “sabiduría”. De acuerdo a esto, las organizaciones inteligentes deben caracterizarse por manejar de manera efectiva si conocimiento, de manera que se adecúe y esté a la vanguardia con las necesidades del mercado.

           





Bibliografía
            Behrensen, C. (2004). El conocimiento es un activo muy importante en las organizaciones actuales. Consultado el 10 de febrero de 2012, de: http://www.gestiopolis.com/canales2/gerencia/1/concelbehre.htm

            Castro, P. Pavas, L. García, O. Vargas, V. (n.d.). Activos intangibles. Consultado el 14 de febrero de 2012, de: http://www.monografias.com/trabajos22/activos-intangibles/activos-intangibles.shtml 
           
            Demicheli G. (n.d). Gestion del conocimiento y organizaciones inteligentes. Consultado el 8 de febrero de 2012, de:
http://web.usbmed.edu.co/usbmed/egresados/docs/memorias/ORGANIZACIONES%20INTELIGENTES.pdf       

            Diaz, N. Aguiar, I. De Saá, P. (2005). Los activos de conocimiento tecnológico en las empresas industriales españolas. Consultado el 2 de febrero de 2012, de: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2149993

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            Figarella, D. Zamora, A. (n.d.) El poder del conocimiento, activos de conocimiento y capital social. Consultado el 2 de febrero de 2012, de: http://pac.caf.com/interna.asp?pg=35

            Fuentes O. (2006). La organización inteligente: una visión holística de la manera como las organizaciones usan la información. Consultado el 8 de febrero de 2012, de: http://www.gestiopolis1.com/recursos7/Docs/ger/organizaciones-inteligentes-y-el-aprendizaje-organizacional.htm

            Geytere, T. (n.d.) Un modelo unificado de la creación dinámica de conocimiento: Descripción del Modelo SECI de Nonaka y Takeuchi. Consultado el 1 de febrero de 2012, de: http://www.12manage.com/methods_nonaka_seci.html
           
            Infantas, K. (2009). Gestión del conocimiento. Consultado el 2 de febrero de 2012, de: http://www.slideshare.net/kinfantas/gestion-del-conocimiento
           
            Mejia, C. (n.d.) Las mediciones del capital intelectual. Consultado el 5 de febrero de 2012, de: http://www.planning.com.co/bd/archivos/Febrero2003.pdf
           
            Rodriguez, R. (2007). ¿Qué son las organizaciones inteligentes? Consultado el 4 de febrero de 2012, de: http://wikitecaegcti.wetpaint.com/page/%C2%BFQu%C3%A9+son+las+organizaciones+inteligent


[1] Thomas A. Stewart, “Intellectual Capital. The New Wealth of Organizations”, Doubleday, New York, 1997, p. 12.

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